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La OCL, cuarenta años de anarquismo revolucionario

Miércoles 24 de junio de 2009, por OCLibertaire

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La originalidad de la OCL se fundamenta en algunos aspectos esenciales : una teoría y una práctica del comunismo libertario basadas en la lucha de clases ; el “movimientismo” y la prioridad dada a las estructuras de base unidas por una comunidad de intereses, el anticapitalismo, el anti-imperialismo y la urgencia de una ruptura radical con la explotación, la dominación y la alienación en todos los ámbitos (la política, la economía, les relaciones sociales de género, el medio ambiente ...).

Privilegiamos la intervención militante creadora de rupturas políticas, en lugar de la afirmación de un “anarquismo” idealista y de incantamiento, alejado de los enfrentamientos de clase que atraveisan la sociedad.

Esta posición es el producto de la historia de la “corriente anarquista” desde la segunda mitad del siglo XX. La OCL proviene de la Organización Revolutionaria Anarquista (ORA), que toma su nombre en 1976 cuando consideró que la diversidad de prácticas y proyectos etiquetados "anarquistas" era una fuente de confusión.

La ORA, sin embargo, existía desde 1967, primero como una tendencia en la Federación Anarquista (FA).

Las diferencias eran tan importantes en la FA de los años 60 como la energía política se dedicaba más a neutralizarse mutuamente que ampleada en luchar.

En efecto, la FA está marcada por un anarquismo ideólogico basado en un antimarxismo caricatural y negador, por ejemplo, la lucha de clases como factor del desarrollo histórico.

En el mejor de los casos, la práctica de estos grupos se limita a la propaganda del ideal anarquista del siglo XIX, con un fin pedagógico y educacionista : "Enseñemos la anarquía a las masas, que al fín se unirán bajo la bandera negra ".

Pronto, eso no va a satisfacer más aquellos y aquellas que desean desarrollar una intervencion libertaria en las luchas sociales (descolonización, vida cotidiana, luchas de las mujeres, ecología, vivienda, inmigración ...).
En respuesta al gran desván que era la FA de entonces, la ORA se propone desarrollar una estrategia organizativa estructurada, basada en la coherencia, la determinación y la disciplina militante (posición conocida como "plataformista" en referencia a la Plataforma organizativa de los anarquistas rusos en el exilio , escrita por Archinov después de la Revolución Rusa de 1917).

Sin embargo, con el éxito de los grupos de izquierda del post-68, la ORA se convierte en una organización similar a sus rivales maoístas o trotskistas, salvo en sus referencias ideológicas y sus objetivos proclamados.
Obrerismo desmedido, activismo organizativo, jerarquización entre los sectores de lucha, simplificación teórica y atajos doctrinarios acaban por provocar una crisis entre la práctica real de los grupos y el discurso de la organización - crisis que se reflejó en 1976, en un Congreso dividido entre dos tendencias opuestas .

La primera basa su práctica, y su estrategia en el sector empresarial y la intervención en los sindicatos.
La Unión de los trabajadores comunistas libertarios (UTCL) procede de entonces, que dara la primacía a la lucha en el terreno económico por el “entrismo” sindical y el desarrollo de una política clásica.

La actual Alternative Libertaire , que le sucedió, pretende sobre todo su reconocimiento institucional por la izquierda de la izquierda, sindicale y política.
La segunda tendencia, antítesis de esta visión partidaria y obrerista, se convierte en la OCL.

Esta cree que el esfuerzo militante tiene que invertirse en todos los ámbitos de la lucha social, la lucha de clases no puede reducirse unicamente al ámbito económico. La OCL hace un balance de los defectos izquierdistas de la ORA, y considera que la organización tal como se define en la Plataforma de Archinov (unidad ideológica, unidad táctica, programa anarquisto) es una ilusión.

Porque no son organizaciones políticas o sindicatos que convierten un sujeto histórico (el proletariado) en sujeto revolucionario, sino la combatividad en las luchas sociales, lo que permite a la gente en movimiento el pasar de una fase reivindicativa a una fase rupturista según un proceso de conciencia y autonomia.

Rompiendo con el plataformismo la OCL sigue viviendo durante unos años en una base centralizada, que se refleja en una dicotomía París-provincia en la realización de su revista “Front libertaire”.
Esto lleva a una crisis importante en 1978-1979, cuando la OCL parisina se encuentra un corto momento seducida por las sirenas de la "autonomía" importada de Italia y recubiertando con ella una realidad hexagonal muy diferente.

Esta fase "autónoma" no es mas que un resurgimiento del obrerismo de los años precedentes, con el descubrimiento de un nuevo sujeto revolucionario, el joven rebelde proletario y urbano, y los mitos de los disturbios como el lugar central del enfrentamiento la clase.

Esta deriva llevará a una ruptura entre París y la provincia y la desaparición de la revista, mientras que la OCL habia adquirido mucho sobre la violencia revolucionaria y la lucha armada.

Después de 1979, la OCL cuenta sólo con una decena de grupos, ubicados en la provincia. Van a dedicarse a la la creación de una nueva revista mensual, Courant Alternatif (CA) a cargo colectivo del conjunto de los grupos para evitar la centralización de los lugares de decisión y de expresión de la organización.

Además, Courant Alternatif está publicada por la OCL, pero sin que sea su organo : la organización no tiene una expresión única y está atravesada de debates y prácticas que de ellos no tiene la exclusividad.
Durante la primera mitad de los años 80, desaparece la OCL como organización clásica (al mismo tiempo que mantiene la palabra en su nombre) : es más bien una coordinación de grupos militantes que participan en los movimientos locales y específicos, compartiendo sus análisis y prácticas en Courant Alternatif o durante los encuentros anuales.

De hecho, la OCL aparece como una "organización anti-organizativa" (una paradoja que originó muchos malentendidos) en el sentido que el esfuerzo dado a la militancia por sus miembros, no se basaba en la puesta por delante de la organización y su extensión, sino en una intervención en los movimientos sociales y el fortalecimiento de ellos a fin de avanzar hacia una mayor autonomía y radicalidad en la lucha.

En el 1986, con la edición del libro L’Etat des lieux, la OCL hace un balance de los límites de una simple yuxtaposición de las prácticas, y trata de promover el desarrollo de una organización concebida como una herramienta para compartir y impulsar las experiencias y reflexiones sobre la militancia.

La OCL ha construido o participado con otros una serie de campañas al nivel hexagonal (en contra de las cumbres franco-africana, la coordinación nacional antifascista, contra el G-7, Iniciativa para una alternativa al capitalismo, la coordinación “Stop nuclear”, el movimiento de los desempleados , la solidaridad con los “sin papeles” ...), y ha eligido de reaparecer cuando sus posiciones no estaban suficientemente exprimidas por una lucha, y que se impone una afirmación comunista libertaria específica. La distribución de Courant Alternatif ha promovido este nuevo enfoque, como la producción de un material organizativo específico : folletos, pegatinas, carteles, volantes hexagonales y unos números especiales temáticos de la revista... A la vuelta del siglo XXI se llevó a cabo un intento de reunificar el movimiento anarquista en torno a un "llamamiento a la unidad libertaria".

La OCL ha contribuido en este debate con un número especial de la revista, "Mitos y realidades del movimiento anarquista", recordando que la afiliación ideológica no conduce automáticamente a la coherencia política.

Un análisis que las elecciones presidenciales de 2002 confirmaron cuando, al igual de la izquierda política, casi todas las estructuras libertarias se han suscribido al antifascismo interclassista llamando a votar a Chirac en contra a Le Pen.

Anarquistas y izquierdistas han permitido a la burguesía reforzar su dominación y reanudar su ofensiva de clase fortaleciendo las ilusiones en la democracia y la ciudadania de un "capitalismo con rostro humano", y dejando aún más desamparados un movimiento social careciendo ya de puntos de referencia.

Es entonces que, desde las huelgas de 1995, se ha producido un resurgimiento de la combatividad de l@s explotad@s que debe de ser alimentada en una perspectiva revolucionaria, deshaciendose de cualquier instancia política y sindicale de co-gestión que contribuye a reproducir este sistema, sin embargo pretendiendo frenar sus excesos.
Desde el año 2003, la OCL tiene una relación privilegiada con Offensive libertaire et sociale (OLS), grupo militante procedente del anti-fascismo radical, y que por su propio camino desarrolla análisis y estrategias de gran convergencia con los nuestros.

Ejemplares comunes de nuestras revistas y Encuentros libertarios de verano en Eychenat (en el Pireneo francés) nos permiten intercambiar sobre nuestra militancia, para intervenir en las luchas con el mismo deseo de autonomía política y de liberación social, para el desarrollo actualizado de una teoría y una práctica comunista anarquista y revolucionaria que es preciso siempre reinventar.

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